
SAN AMBROSIO: La valija del cordobés que murió en el Titanic.
La valija del argentino estaba a 3800 metros de profundidad, en el gélido lecho del Atlántico Norte
Tal vez el sátiro nunca volvió a Cabrera… Pero usted no escuchó un ruido extraño detrás suyo en la oscuridad de la noche.
Centro- EsteCorría el año 1991; el Barrio San Martín, el más cercano al cementerio de General Cabrera era muy diferente a cómo se lo ve en la actualidad había aún muchos terrenos baldíos, no había tapias entre las propiedades sólo unos pequeños tejidos marcaban los límites de cada patio. Un gran baldío, a veces con algo de malezas separaba el cementerio de las primeras viviendas del barrio. El alumbrado público sólo estaba formado por unas lámparas de 75 watts en cada esquina que poco iluminaban a los vecinos.
Una jovencita de unos 20 años de edad atendía un comercio en la zona sur de la Ciudad en aquel año; ya cayendo la noche mientras realizaba unas tareas en la casa de familia colindante al local comercial escucha que un cliente le golpeaba la puerta de ingreso al comercio; la jovencita le grita desde el interior que ingrese ya que la puerta se encontraba abierta pero el hombre le muestra que estaba con llave. Alguien había ingresado al local había echado llave y había quedado dentro del local comercial, por suerte la llegada del cliente evitó que el hecho pasara a mayores; una de las puertas del comercio daba al patio, como la jovencita había realizado unas tareas de jardinería quedaron las huellas de la huida del desconocido en la tierra removida; tras pasar por los patios había enfilado rumbo al cementerio local.
Un par de noches después sucede otro hecho extraño en la casa ubicada al frente de la primera; otra jovencita de corta edad dormía con la ventana abierta hacia el baldío colindante a su habitación; por aquellas épocas la zona era muy segura y era habitual que la gente ni cerrara con llave las viviendas de noche. Cuando la mujer despierta ve que un sujeto de ropas blancas estaba trepado a la ventana y alumbraba su bello cuerpo en ropa interior con una linterna en la mano izquierda. Ante el grito desaforado de la joven se levanta su padre y alcanza a ver como el hombre cruzaba el baldío rumbo a la zona del cementerio; sale en su auto, llama a los vecinos para que colaboren con la búsqueda pero no pudieron encontrar a nadie; los vecinos de esta zona no tienen miedo al cementerio, por ello ingresaron al lugar, pero como si al hombre se lo hubiera tragado la tierra.
En la misma semana en una vivienda del sector sienten que alguien caminaba por el techo, al encender las luces sienten que alguien salta al suelo desde allí; se levantan rápidamente y ven como el misterioso hombre de ropas blancas cruzaba el campito rumbo al cementerio entre las malezas.
En esa zona sólo fueron esas tres apariciones; los vecinos lo denominaron “el sátiro” por su predilección por asustar mujeres jóvenes, en el barrio se turnaban de noche para mantenerse despiertos, recorrían de madrugada la zona del cementerio, buscaron en vano durante muchas semanas pero el hombre no reapareció.
Durante una campaña solidaria en beneficio al hospital de Cabrera dos de las jovencitas mientras juntaban medicamentos en barrio Argentino charlaron sobre estos hechos con Adrián Monetti y Gustavo Knispel, que en ese año viajaban en el móvil de la única radio local, un Volkswagen tipo van color amarilla.
A partir de ese relato radial aparecieron otras historias, grupos de valientes que salían por los barrios a buscar al sátiro, trasnochados que salían vestidos de blanco para asustar y miles de historias fruto de la imaginación; aunque la verdaderos acontecimientos de Barrio San Martín habían sido semanas antes y sólo fueron los tres hechos narrados.
Tal vez el sátiro nunca volvió a Cabrera… Pero usted no escuchó un ruido extraño detrás suyo en la oscuridad de la noche.
La valija del argentino estaba a 3800 metros de profundidad, en el gélido lecho del Atlántico Norte
La historia cuenta que hacía apenas 10 días que Edgar Andrew había cumplido los 17 años cuando se embarcó en el transatlántico de colosales dimensiones y lujos
La pintoresca capilla que tiene el predio levantada en 1912, pero no fue utilizada hasta 1941
La escuela Salesiana es una donación con cargo de doña Adelía María Harilaos de Olmos tras su muerte .
Quizás la historia es fruto de la imaginación de los protagonistas… Quizás el rancho fantasma no exista … Pero coincide con una historia similar vivida días antes de la Navidad del año 2016 por un cordobés de General Cabrera
por su ubicación suele ser una parada refrescante para aquellos turistas que ingresan por la autovía a las sierras de Córdoba
El Paraje Churqui Cañada está ubicado en las inmediaciones de Cerro Colorado
La historia cuenta que hacía apenas 10 días que Edgar Andrew había cumplido los 17 años cuando se embarcó en el transatlántico de colosales dimensiones y lujos
La valija del argentino estaba a 3800 metros de profundidad, en el gélido lecho del Atlántico Norte
En el camino rural que une las comunidades de Churqui Cañada y Caminiaga en el Norte de la Provincia de Córdoba se ubica el Paraje La Toma
Una imagen similar a la de Sumampa se venera en la localidad de La Toma en la Provincia de Córdoba.
Otra de las opciones en visitar el Río Las Juntas que serpentea en la zona de las sierras del Norte Cordobés.