
GENERAL CABRERA: Dormían en los nichos del Cementerio.
no sintió un ruido extraño detrás suyo la última vez que llevó flores al cementerio.
Centro- Este

Marino Palmisano, era un inmigrante italiano radicado en la Ciudad de General Cabrera ; vamos a hablar hoy de una anécdota que Marino le contó a sus nietos, siempre comentaba que trabajó en la construcción del frente de la Iglesia y también en el interior en mejoras que se le hicieron y también en la mayoría de los grandes mausoleos del cementerio, como inmigrante trajo de la lejana Italia el arte del estucado y el "marmolado"; técnicas que eran muy utilizadas en aquella época en nuestra Ciudad.
El inmigrante siempre les contaba a sus nietos historias de su pueblo y lo que conoció, pero siempre se negó a hablar de su paso por la guerra que le tocó vivir muy de joven, emigró a Argentina como un derivado después de ser herido, algo que se hacía cuando el hombre ya no les servía para pelear.
Marino solía comentarle que cuando trabajaban en la construcción de nichos o de grandes panteones en el cementerio de la Ciudad de General Cabrera en la década del 40 y del 50 se hacían muchas horas de trabajo ya que ese tipo de obras demandaban muchos detalles de construcción; los trabajadores arribaban al camposanto en horas de la mañana y permanecían allí hasta que oscurecía; el almuerzo se comía allí, algún sándwich preparado la noche anterior por las esposas o alguna ollita con comida para recalentar, a veces la comida acompañada por un buen vino.
Tras las comidas los laburantes necesitaba un pequeño descanso para reponer energías y seguir la tarea, es por ello que se tomaban una pequeña siesta; el lugar elegido para las siestas eran los nichos o los catres de los panteones, algunos de ellos aún nunca habían sido usados, en cambio otros ya habían sido utilizados y por algún traslado los ataúdes no estaban más allí.
La pregunta que se hacían los nietos cuando escuchaban esas historias era si el abuelo no tenía miedo; y la deducción era obvia si el abuelo no le había tenido miedo a la guerra, mucho menos le temería a los muertos del cementerio de Cabrera.
Tal vez los muertos no asusten… Pero usted se animaría a dormir en un nicho… y no sintió un ruido extraño detrás suyo la última vez que llevó flores al cementerio.


GENERAL CABRERA: Extrañas apariciones en las inmediaciones del Barrio “Hipódromo”.
Quizás el “sátiro” de ropa blanca no exista… Quizás sea sólo fruto de relatos que los abuelos les cuentan a sus nietos, pero usted …. ¿ No vio algo extraño por su ventana anoche?????.

SAN AMBROSIO: La valija del cordobés que murió en el Titanic.
La valija del argentino estaba a 3800 metros de profundidad, en el gélido lecho del Atlántico Norte

SAN AMBROSIO: ¿¿¿¿ El personaje de Di Caprio en Titanic era cordobés???
La historia cuenta que hacía apenas 10 días que Edgar Andrew había cumplido los 17 años cuando se embarcó en el transatlántico de colosales dimensiones y lujos

SAN AMBROSIO: Una capilla que no fue utilizada por parecer un templo Evangélico
La pintoresca capilla que tiene el predio levantada en 1912, pero no fue utilizada hasta 1941

SAN AMBROSIO: La escuela instalada en la casa de la mujer más rica de Argentina.
La escuela Salesiana es una donación con cargo de doña Adelía María Harilaos de Olmos tras su muerte .

Hoy, las casas que habitaron Lino E. Spilimbergo y Guido Buffo, convertidas en museos y con exhibiciones de artistas locales, pueden visitarse durante los fines de semana y feriados.

Fue realizada por el italiano Guido Buffo en la década de 1940 luego de perder a su esposa Leonor y su hija Eleonora

ALTA GRACIA: Iglesia Jesuítica… Patrimonio de la Humanidad.
Actualmente, además de ser un recurso turístico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la iglesia funciona como parroquia de la localidad.

En el mismo lugar, junto a la capilla Buffo, se encuentra la casa y museo de Guido Buffo.

Comprende 5.000 hectáreas de superficie, que incluyen las nacientes de los arroyos Cabana y Las Ensenadas

vista única a las sierras de Córdoba desde el Mirador ubicado en la parte alta de la capilla