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Desde que el Obispo Jesuita Jorge Bergoglio llegó a ser el jefe espiritual de la Iglesia Católica como el Papa Francisco; aumentó el interés turístico por el legado de la obra de los curas Jesuitas
En 1941 la estancia fue declarada Monumento Histórico Nacional y a mediados de los años 50 fue inaugurado el Museo Jesuítico Nacional en el mismo lugar.
Sierras ChicasLa designación de Monseñor Bergoglio como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, puso el foco en la obra de los jesuitas, orden a la que pertenece el Papa Francisco. En Jesús María se encuentra el Museo Jesuítico Nacional o Estancia San Isidro; El establecimiento rural cuenta con numerosas construcciones entre las que se destaca un molino. En 1941 la estancia fue declarada Monumento Histórico Nacional y a mediados de los años 50 fue inaugurado el Museo Jesuítico Nacional en el mismo lugar.
La Estancia Jesuítica de Jesús María fue el segundo núcleo productivo del sistema agrícola – ganadero creado por la Compañía de Jesús. Se construyó a partir del año 1618 y se caracterizó por su producción vitivinícola. En la vieja bodega se elaboraba el vino “Lagrimilla de oro”. La estancia incluye la iglesia, la residencia y la bodega, restos de antiguos molinos, perchel y tajamar. Con el paso del tiempo desaparecieron la ranchería y los campos de cultivo y pastoreo. Dentro de la Estancia actualmente funciona el Museo Jesuítico Nacional, con 18 salas. Este monumento jesuítico, junto a otras cuatro Estancias y la Manzana Jesuítica de la ciudad de Córdoba han sido incluidos por la Unesco dentro del Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.
Antiguamente, antes de la llegada de los jesuitas, la estancia llevaba el nombre de Guanusacate, el cual fue dado por los aborígenes de la zona.
La estancia pasa por varias etapas, desde la adquisición de don Pedro Deza hasta su venta a la Compañía de Jesús en 1618, realizada por don Gaspar de Quevedo. Los padres jesuitas le otorgan el nombre a la estancia de San Isidro Labrador, nombre que mantiene actualmente.
Al tomar la propiedad de la estancia, los jesuitas encontraron que la misma estaba dotada de construcciones, un molino en funcionamiento, numerosas cabezas de ganado y cepas de vid, las cual luego permitirían la producción del primer vino Jesúsmariense: el Lagrimilla. Este vino, orgullo en nuestra historia, fue el primero del continente americano en ser degustado en España por el Rey Felipe V, primer monarca de la casa de los Borbones.
En 1941 la estancia fue declarada Monumento Histórico Nacional, comenzando así su etapa de restauración, la cual culminaría en 1946. Diez años más tarde será inaugurado el Museo Nacional, donde se albergará la historia desde las primitivas poblaciones aborígenes de la zona, objetos de arte sacro colonial de sudamérica de los siglos XVII y XVIII hasta elementos que pertenecen a diferentes presidentes de nuestro país.
Parte de las colecciones que se exhiben en el museo se encuentran piezas de arqueología argentina, pinturas, imágenes religiosas, ornamentos, grabados de europa como así también porcelanas y cerámicas. También pueden apreciarse salas de numismática y medallística, mobiliario colonial americano, entre otros.
Desde que el Obispo Jesuita Jorge Bergoglio llegó a ser el jefe espiritual de la Iglesia Católica como el Papa Francisco; aumentó el interés turístico por el legado de la obra de los curas Jesuitas
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Hasta el momento no le han encontrado una explicación lógica a lo acontecido y lograron grabar la secuencia para compartirla con los escépticos.
es un embalse artificial de solo 30 has
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Achiras fue la principal Posta en el camino a San Luis y Mendoza. Otro lugar de interés en la zona es “El Ojito”, donde se mantiene el arte de los antiguos habitantes, los Comechingones, que plasmaron la cultura rupestre
Inaugurado en 2016 es uno de los monumentos a los héroes de Malvinas más bellos de los tantos que se erigen a lo largo y a lo ancho de nuestra Patria
Listado por orden alfabético
según los lugareños habría sepultados difuntos parados en la tierra.
La reserva posee un nombre pseudo "originario" es decir falsamente indígena ya que la palabra mallín (lago o lugar pantanoso) es de origen mapuche
es relacionado con el Servicio Militar Obligatorio de décadas anteriores en Argentina donde se decía que era para “Correr, limpiar y barrer” pero en realidad la pronunciación es con acento en la última A (Colimbá) que rememora el nombre del más conocido de los caciques comechingones