Esta Estancia fue el primer establecimiento agrícola – ganadero organizado por la Compañía de Jesús en el año 1616.
JESÚS MARÍA: Estancia Jesuítica Jesús María.
La Estancia Jesuítica de Jesús María fue el segundo núcleo productivo del sistema agrícola – ganadero creado por la Compañía de Jesús
Sierras Chicas Redacción Enamorate de CórdobaLa designación de Monseñor Bergoglio como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, puso el foco en la obra de los jesuitas, orden a la que pertenece el Papa Francisco. En Jesús María se encuentra el Museo Jesuítico Nacional o Estancia San Isidro; El establecimiento rural cuenta con numerosas construcciones entre las que se destaca un molino. En 1941 la estancia fue declarada Monumento Histórico Nacional y a mediados de los años 50 fue inaugurado el Museo Jesuítico Nacional en el mismo lugar.
La Estancia Jesuítica de Jesús María fue el segundo núcleo productivo del sistema agrícola – ganadero creado por la Compañía de Jesús. Se construyó a partir del año 1618 y se caracterizó por su producción vitivinícola. En la vieja bodega se elaboraba el vino “Lagrimilla de oro”. La estancia incluye la iglesia, la residencia y la bodega, restos de antiguos molinos, perchel y tajamar. Con el paso del tiempo desaparecieron la ranchería y los campos de cultivo y pastoreo. Dentro de la Estancia actualmente funciona el Museo Jesuítico Nacional, con 18 salas. Este monumento jesuítico, junto a otras cuatro Estancias y la Manzana Jesuítica de la ciudad de Córdoba han sido incluidos por la Unesco dentro del Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.
Antiguamente, antes de la llegada de los jesuitas, la estancia llevaba el nombre de Guanusacate, el cual fue dado por los aborígenes de la zona.
La estancia pasa por varias etapas, desde la adquisición de don Pedro Deza hasta su venta a la Compañía de Jesús en 1618, realizada por don Gaspar de Quevedo. Los padres jesuitas le otorgan el nombre a la estancia de San Isidro Labrador, nombre que mantiene actualmente.
Al tomar la propiedad de la estancia, los jesuitas encontraron que la misma estaba dotada de construcciones, un molino en funcionamiento, numerosas cabezas de ganado y cepas de vid, las cual luego permitirían la producción del primer vino Jesúsmariense: el Lagrimilla. Este vino, orgullo en nuestra historia, fue el primero del continente americano en ser degustado en España por el Rey Felipe V, primer monarca de la casa de los Borbones.
En 1941 la estancia fue declarada Monumento Histórico Nacional, comenzando así su etapa de restauración, la cual culminaría en 1946. Diez años más tarde será inaugurado el Museo Nacional, donde se albergará la historia desde las primitivas poblaciones aborígenes de la zona, objetos de arte sacro colonial de sudamérica de los siglos XVII y XVIII hasta elementos que pertenecen a diferentes presidentes de nuestro país.
Parte de las colecciones que se exhiben en el museo se encuentran piezas de arqueología argentina, pinturas, imágenes religiosas, ornamentos, grabados de europa como así también porcelanas y cerámicas. También pueden apreciarse salas de numismática y medallística, mobiliario colonial americano, entre otros.
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En 1941 la estancia fue declarada Monumento Histórico Nacional y a mediados de los años 50 fue inaugurado el Museo Jesuítico Nacional en el mismo lugar.
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