GENERAL DEHEZA: Un Ángel de la Guarda frente a la Iglesia de Deheza…

Verdaderamente el hecho marcó su vida para siempre.

Centro- Este Redacción Enamorate de CórdobaRedacción Enamorate de Córdoba
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Como es habitual en este tipo de relatos donde mezclamos la delgada línea que separa la realidad de la creencia preservamos el nombre de la protagonista, para hacer más amena la redacción la llamaremos María.

María en horas de la  siesta de un día miércoles, se preparaba para ir a estudiar en grupo; los exámenes se aproximaban y faltaba preparación, una amiga la pasa a buscar en un Peugeot 206; sube en asiento delantero junto a su hija que tenía en ese momento tres años de edad, y la deja en la casa de un familiar, apenas unas cuadras después de dejar a su hija el auto transita por la Calle Nuestra Señora de la asunción y tras pasar por frente de la Parroquia que le da nombre a la arteria urbana  es impactado por otro vehículo, el impacto fue tan fuerte que el auto donde viajaba María vuelca en plena esquina céntrica.

La amiga que manejaba el auto resulta ilesa y sale del mismo; mientras María queda entre los hierros retorcidos atrapada;  cuando  esperaba la llegada de los Bomberos una mujer la toma fuerte del hombro y comienza a hablarle con una dulce voz que aún hoy recuerda con claridad “… No te preocupes todo va a salir bien… Sólo son unos golpes pero en pocos días te vas a recuperar…” fueron algunas de las frases que le decía mientras la joven sentía unos fuertes dolores por las heridas.

Los Bomberos la sacan del lugar y tras ser estabilizada en Deheza la internan en Río Cuarto; la recuperación sólo demandó unos días y la joven madre de familia no tiene ninguna consecuencia física sólo una experiencia en su vida que cuenta a sus amigos.

Cuando sale de su internación en Río Cuarto vuelve a Deheza; y tras agradecerle a los médicos y a los Bomberos empieza a buscar a la mujer para gratificar la contención en el momento tan difícil; pero todos le explicaron una y otra vez que estaba sola en el vehículo ya que la amiga pudo salir; cuando la sacaron los Bomberos no había ninguna mujer en el equipo de trabajo y mucho menos podía haber entrado alguien al auto totalmente retorcido.

Para algunos fue una Ángel de la Guarda, otros más creyentes hablan de la Virgen que estaba a unos pasos de su Iglesia… María sin embargo sigue buscando explicación… La dulce voz de mujer nunca será olvidada por ella ya que la ayudó en el peor momento…

A los pocos días de publicar esta nota en la desaparecida revista semanal “Región del Maní”; tuve la posibilidad de entregarle unos ejemplares a la protagonista de la historia; vi la emoción en su rostro, sus manos temblaban y sus lágrimas caían presurosas mientras recorría las líneas del papel de diario que se usaba para la impresión… Verdaderamente el hecho marcó su vida para siempre.

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