
SAN AMBROSIO: La valija del cordobés que murió en el Titanic.
La valija del argentino estaba a 3800 metros de profundidad, en el gélido lecho del Atlántico Norte
Verdaderamente el hecho marcó su vida para siempre.
Centro- EsteComo es habitual en este tipo de relatos donde mezclamos la delgada línea que separa la realidad de la creencia preservamos el nombre de la protagonista, para hacer más amena la redacción la llamaremos María.
María en horas de la siesta de un día miércoles, se preparaba para ir a estudiar en grupo; los exámenes se aproximaban y faltaba preparación, una amiga la pasa a buscar en un Peugeot 206; sube en asiento delantero junto a su hija que tenía en ese momento tres años de edad, y la deja en la casa de un familiar, apenas unas cuadras después de dejar a su hija el auto transita por la Calle Nuestra Señora de la asunción y tras pasar por frente de la Parroquia que le da nombre a la arteria urbana es impactado por otro vehículo, el impacto fue tan fuerte que el auto donde viajaba María vuelca en plena esquina céntrica.
La amiga que manejaba el auto resulta ilesa y sale del mismo; mientras María queda entre los hierros retorcidos atrapada; cuando esperaba la llegada de los Bomberos una mujer la toma fuerte del hombro y comienza a hablarle con una dulce voz que aún hoy recuerda con claridad “… No te preocupes todo va a salir bien… Sólo son unos golpes pero en pocos días te vas a recuperar…” fueron algunas de las frases que le decía mientras la joven sentía unos fuertes dolores por las heridas.
Los Bomberos la sacan del lugar y tras ser estabilizada en Deheza la internan en Río Cuarto; la recuperación sólo demandó unos días y la joven madre de familia no tiene ninguna consecuencia física sólo una experiencia en su vida que cuenta a sus amigos.
Cuando sale de su internación en Río Cuarto vuelve a Deheza; y tras agradecerle a los médicos y a los Bomberos empieza a buscar a la mujer para gratificar la contención en el momento tan difícil; pero todos le explicaron una y otra vez que estaba sola en el vehículo ya que la amiga pudo salir; cuando la sacaron los Bomberos no había ninguna mujer en el equipo de trabajo y mucho menos podía haber entrado alguien al auto totalmente retorcido.
Para algunos fue una Ángel de la Guarda, otros más creyentes hablan de la Virgen que estaba a unos pasos de su Iglesia… María sin embargo sigue buscando explicación… La dulce voz de mujer nunca será olvidada por ella ya que la ayudó en el peor momento…
A los pocos días de publicar esta nota en la desaparecida revista semanal “Región del Maní”; tuve la posibilidad de entregarle unos ejemplares a la protagonista de la historia; vi la emoción en su rostro, sus manos temblaban y sus lágrimas caían presurosas mientras recorría las líneas del papel de diario que se usaba para la impresión… Verdaderamente el hecho marcó su vida para siempre.
La valija del argentino estaba a 3800 metros de profundidad, en el gélido lecho del Atlántico Norte
La historia cuenta que hacía apenas 10 días que Edgar Andrew había cumplido los 17 años cuando se embarcó en el transatlántico de colosales dimensiones y lujos
La pintoresca capilla que tiene el predio levantada en 1912, pero no fue utilizada hasta 1941
La escuela Salesiana es una donación con cargo de doña Adelía María Harilaos de Olmos tras su muerte .
Quizás la historia es fruto de la imaginación de los protagonistas… Quizás el rancho fantasma no exista … Pero coincide con una historia similar vivida días antes de la Navidad del año 2016 por un cordobés de General Cabrera
por su ubicación suele ser una parada refrescante para aquellos turistas que ingresan por la autovía a las sierras de Córdoba
En la localidad de Los Cocos, a nivel recreativo, se destaca el Complejo denominado El Descanso
también un complejo infantil, que cuenta con juegos y un pequeño tren que transita sobre el borde de la montaña
La escuela Salesiana es una donación con cargo de doña Adelía María Harilaos de Olmos tras su muerte .
La pintoresca capilla que tiene el predio levantada en 1912, pero no fue utilizada hasta 1941
La historia cuenta que hacía apenas 10 días que Edgar Andrew había cumplido los 17 años cuando se embarcó en el transatlántico de colosales dimensiones y lujos
La valija del argentino estaba a 3800 metros de profundidad, en el gélido lecho del Atlántico Norte