LUQUE (Córdoba) : Extraño pasajero en las inmediaciones del cementerio

Como es habitual cuando contamos este tipo de historias no damos los nombres de los protagonistas para evitar burlas o comentarios innecesarios hacia su persona.

En realidad el protagonista de este relato falleció recientemente y un familiar cercano nos acercó la historia llena de interrogantes que vamos a compartir a continuación.

El hombre, algo incrédulo y alejado de todo lo paranormal religioso, trabajaba hace algunos años en la venta de libros, periódicamente viajaba desde su casa en la localidad de La Varillas hasta Villa del Rosario a reuniones laborales con otros colegas que trabajaban para la misma editorial; si bien los viajes resultaban rutinarios ya que el regreso a casa se prolongaba a altas horas de la noche, el hombre lo tomaba como parte de su trabajo hasta ese día en que sucedió algo que jamás olvidará.

Ya de regreso en las proximidades del cementerio de la localidad de Luque sintió un ruido extraño como si una pieza se desprendiera de su vehículo cuando atinó a detenerse para ver de que se trataba ve que en el asiento del acompañante se encontraba sentado un hombre con facciones de una persona anciana lo que evitó que el susto fuera mayor era la sonrisa amigable que ofrecía del visitante, delgado y de canosa barba. Cuando el dueño del auto estaba a punto de desfallecer del susto se vuelve a sentir el mismo ruido y así como llegó desapareció.

Al llegar a casa aún muy asustado le contó a su esposa pero no se animó a contarle a nadie más por temor a que se burlaran de él; algo que se repite de manera habitual en este tipo de casos.

La experiencia no quedó allí; ya que durante varios meses cada vez que debía circular por la zona del cementerio de Luque en horas de la noche el “extraño pasajero” se subía una y otra vez al vehículo; el hombre llegaba aterrado a su hogar y su esposa era el único refugio para contar la historia.

Una noche al finalizar la reunión de trabajo uno de sus colegas les dice “terminemos rápido la reunión ya que si nos demoramos se nos sube el viejito al auto en el cementerio de Luque…” y ante la mirada asombrada del resto del equipo agregó “… no se hagan los tontos si a todos nos pasa…”

El protagonista de nuestra historia fue el primero en reconocer que a él también le sucedía y uno a uno los compañeros de trabajo que recorrían al misma ruta reconocieron que todos habían recibido la “visita” de “El último pasajero”.

Quizás el hombre del cementerio no exista, Quizás sea sólo fruto de la imaginación de los protagonistas de esta historia … Pero usted ¿¿¿ No vio algo extraño al pasar con su auto o camión por la puerta de un cementerio ?????

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