SAN JOSÉ DE LAS SALINAS: La sal como destino turístico.

En los últimos años, muchos visitantes optan por San José de las Salinas como puerta de entrada para conocer parte de uno de los salares más grandes del mundo.

Norte Redacción Enamorate de CórdobaRedacción Enamorate de Córdoba
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San José de las Salinas

San José de Las Salinas es una localidad del noroeste de la provincia de Córdoba, en la  zona de las “Salinas Grandes” es un territorio compartido por cuatro provincias argentinas: Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y Córdoba. En verano las temperaturas pueden ser extremas, llegando a los 45º durante el día y descendiendo abruptamente por la noche.

En los últimos años, muchos visitantes optan por San José de las Salinas como puerta de entrada para conocer parte de uno de los salares más grandes del mundo. La mayoría de los visitantes llega a través de Las Salinas Gran Hotel, el único del pueblo que cuenta con un resto-bar para comer. También ofrecen visitas guiadas al salar, recorrido por la planta de Lisal y experiencias de astroturismo.

La visita al pueblo se puede complementar con un paso por la estación de tren, la Capilla de San José -que tiene su celebración cada 19 de marzo- y la plaza San Martín.

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Los que no deseen contratar ninguna excursión ni alojarse en el pueblo, pueden optar por una práctica a la vieja usanza: preguntar a los vecinos cómo llegar hasta el salar y recorrerlo de forma particular. Para picar algo o simplemente comprar una gaseosa, los turistas pueden acercarse hasta el almacén de ramos generales del pueblo que está justo en la esquina de calle Oncativo y bulevar Colón, en diagonal a la plaza San Martín.

Si bien hay una zona que es privada -la que pertenece a la empresa productora de sal-, hay otra que es pública y a la que se puede acceder de forma gratuita siempre teniendo recaudos con los vehículos porque el suelo puede ser pantanoso. Una vez allí se puede disfrutar de ver el atardecer e incluso quedarse un rato debajo del manto de estrellas.

San José de las Salinas, un pueblo a 190 kilómetros al noroeste de Córdoba capital, hay alrededor de 1.200 habitantes que viven rodeados de un campo de sal de 200 mil hectáreas. Además de la explotación de esta materia prima, los primeros pobladores también se dedicaron a la recolección de leña y la producción de carbón. El pueblo se fundó a partir de 1848, alrededor de unas 77 hectáreas donadas por Pérez del Viso. De acuerdo a las actas que existen, la escuela primaria dictó por primera vez clases en 1900 y en 1904 se terminó la construcción de la Capilla del pueblo.

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La explotación del salar hoy está en manos de Lisal, la única empresa que extrae la materia prima de forma industrial. Por día sacan unas 1.800 toneladas que, en un gran porcentaje, se usa para la gastronomía. Además de Lisal, también hay otros productores más pequeños que extraen sal de forma artesanal. Lisal además de la extracción de la materia prima también hace el iodado en una planta aparte y el envasado en dos empaquetadoras que tiene la empresa en el pueblo. Hoy es una de las principales actividades de San José.

En noches estrelladas, cuando el cielo y sus luces se funden con la superficie del paraje cordobés. Así se presenta una ventana que asoma a los confines del universo. Tal visión constituye el diferencial de esta propuesta de astroturismo.

Una anécdota que marca la historia del pueblo, y que muy pocos conocen, es que el antiguo camino de San José de las Salinas fue recorrido por los hermanos Gálvez y hasta por el propio Juan Manuel Fangio. Fue durante la competencia Buenos Aires-Caracas, una carrera que unió el Río de la Plata con el Mar Caribe, en 1948.

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Las salinas  es uno de los lugares poco  explotados turísticamente y más singulares de la infinidad de paisajes que brinda Argentina. A lo largo de miles de años, una falla tectónica permitió la filtración de antigua fondo marino, dejando expuestas hectáreas de minerales, entre los cuales predomina el cloruro de sodio. En la actualidad, es materia prima de industrias, que utilizan la sal con fines comerciales. Durante el auge de extracción, se formaron ciudades como San José de las Salinas, Lucio V. Mansilla, Totoralejos y algunos parajes cercanos, que eran y son el hogar de los trabajadores.

Si las nubes se ausentan, las noches están pintadas de un sinfín de estrellas, mientras que la luna llena puede regalarte la mejor noche de tu vida. El turismo nacional y extranjero puede encontrar en esta localidad un acercamiento único con las salinas y visualizar las técnicas de explotación del blanco elemento

Recuerde que no  se puede entrar a las salinas en auto, los suelos colapsan y se hunden, se ven en este lugar  rastros de autos y tractores hundidos. La mejor temporada para realizar la visita, es otoño y comienzos de primavera, antes de que comiencen las lluvias y gran parte del salar se anegue.

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Esta zona de la Provincia estaba habitada por el pueblo originario Sanavirones  del río Dulce que cubrían la provincia de Santiago del Estero, llegando hasta Quilino, con un gran desarrollo agrícola con decenas de pueblos, canales de riego.

Una de las propuestas que se puede agregar a la visita a las salinas  es una degustación de las comidas típicas locales, en San José de Las Salinas o en Quilino uno de los clásicos “cabrito a la llama”, empanadas, y comidas para los diferentes gustos.

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095SAN JOSÉ DE LAS SALINAS: Restaurante Decauville
098LUCIO V MANSILLA: Uno de los pueblos de la sal cordobesa.
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