LOS HORNILLOS : Reserva de Biodiversidad nativa

Una opción ideal para los que prefieran escapar de las multitudes es Los Hornillos, una localidad única en el Valle de Traslasierra. Los Hornillos pasó de ser un lugar por donde transitaban las caravanas que se dirigían a los poblados de Las Chacras, San Javier y Yacanto, a ser uno de los mejores lugares para disfrutar de la calma serrana y de la gastronomía criolla. En este rincón transerrano, el delicioso quesillo de cabra, la miel y la cerveza artesanal, junto con los dulces regionales y los alfajores serranos, constituyen una oferta de sabores única.

Dentro de las diferentes opciones para realizar caminatas en la localidad es  la Reserva de Biodiversidad Nativa en  la localidad  de Los Hornillos que  fue declarada Capital del Ecoturismo.

Uno de sus senderos llega hasta la Cascada, un salto mágico en medio de las sierras . El camino se extiende por un kilómetro y puede hacerse en 45 minutos. Parte desde el ingreso a la reserva, donde el turista podrá encontrar cartelería explicativa sobre la reserva,  hay información sobre los nombres de los árboles que tiene el lugar, de la importancia de la flora autóctona y sobre la necesidad de concientizar sobre las especies introducidas. Toda la reserva está muy cuidada y resguardada.

El camino bordea el río Las Chacras, un arroyito que tiene agua durante todo el año y que se cruza en varias ocasiones por el sendero.

Otra de las opciones es realizar desde allí la caminata hasta la Piedra encajada; aunque el camino no está bien señalizado y recomendable realizarlo acompañado de algún lugareño. Y para los más osados una caminata de varios días con guías habilitados  desde la reserva hacia su majestad el cerro Champaquí.

Uno de los senderos de dificultad intermedia es “Piedra Encajada” ; se recomienda tener cargado el recorrido en alguna aplicación o transitar acompañado de algún lugareño ya que es fácil perderse en el sendero. El final del paseo es en una piedra muy particular que parece encajada en medio de la naturaleza. Para sacarse la típica foto debajo de semejante roca, no habrá más remedio que sacarse el calzado o resignarse a mojarlo, entrar al arroyito, y caminar hasta ella.

Y para los más osados se puede hacer  una caminata de varios días con guías habilitados  desde la reserva hacia su majestad el cerro Champaquí.