CARNERILLO: ¿¿¿ Los médanos de Carnerillo estarían formados por meteoritos?????

El portal web científico Aloeus, publica el mapa de los denominados cráteres de Río Cuarto y ubica los médanos ubicados entre Carnerillo y El Espinillal y un monte ubicado al norte de la Ruta E 90 entre El Espinillal y Alcira Gigena en inmediaciones del cauce del arroyo Tegua

Centro- Este Redacción Enamorate de CórdobaRedacción Enamorate de Córdoba
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La denominada “Región del Maní” no es una zona turística dentro de la Provincia de Córdoba; pero es común que en el ingreso desde otras Provincias a las Sierras de Córdoba se pase por dicha zona; y a la hora de descansar unos minutos en el camino; visitar sus lugares más importantes puede ser una opción para hacer un descanso en el largo viajes.

Carnerillo, dueña de muchas historias, está ubicada entre las Ciudades de Río Cuarto y Villa María por la Ruta Nacional 158; se accede por allí a las sierras de Córdoba desde la zona de Mendoza, o San Luis; también desde Santa Fe procediendo desde el sur de Santa Fe y norte de la Provincia de Buenos Aires

Dicen que si viéramos a Dios cara a cara todos los días ya no creeríamos en él; algo parecido sucede con los médanos ubicados desde la localidad de Carnerillo hacia el oeste de la localidad en dirección a Coronel Baigorria quienes nos criamos en la zona de los médanos nunca le prestamos demasiada atención hasta que medios de comunicación de otros países hablaron de ellos.

Nos criamos escuchando de nuestros abuelos la historia de los médanos; nos dijeron que hace muchos años la sequía y la voladura de los campos provocaron la formación de lomas o médanos; nos contaron también que para evitar que la degradación del suelo continuara se implantaron árboles autóctonos que son los montes que vemos en la actualidad sobre los médanos.

La no siempre confiable enciclopedia Wikipedia los llama cráteres de Río Cuarto y los ubica entre Río Cuarto y Chucul, aunque algunos sitios web incorporan a los montes formados por los médanos de Carnerillo, por su forma vistos desde el satélite en la lista de los famosos impactos de meteoritos. Respecto a estos cráteres se mantiene aún (diciembre de 2006) alguna controversia en relación a su origen, aunque con casi plena certeza se considera que son de origen meteorítico astroblema, mantenidos despejados por efecto eólico.

Según Wikipedia tomaron cierta relevancia para la comunidad científica internacional a partir del año 1990 cuando Rubén Lianza un capitán de la Fuerza Aérea Argentina y astrónomo aficionado presentó un reporte astronómico en el cual se hace mención de depresiones tipo cráter alargado en las cercanías de la ciudad cordobesa de Río Cuarto. Tales depresiones son muy semejantes a los cráteres producidos en los laboratorios cuando se simulan impactos de aerolitos con ángulos muy agudos ( casi tangenciales a la superficie a impactar ). Tales tipos de cráteres se encuentran con bastante frecuencia en astros como la Luna terráquea, Marte y Venus pero no se habían visto con tal claridad en la actual superficie terrestre.

Se supone que para formar estos cráteres se ha producido un impacto casi rasante de uno o más meteoritos.

Cuando un meteorito impacta con un ángulo de 45º o más grados angulares, los cráteres tienden a ser circulares, en cambio en los de Río Cuarto se nota una singularidad. El impacto rasante ha formado aquí cráteres pronunciadamente elípticos.

El portal web científico Aloeus, publica el mapa de los denominados cráteres de Río Cuarto y ubica los médanos ubicados entre Carnerillo y El Espinillal y un monte ubicado al norte de la Ruta E 90 entre El Espinillal y Alcira Gigena en inmediaciones del cauce del arroyo Tegua ; el sitio web  se basa en la forma de todos los montes que se asemejaría a la forma de la caída de meteoritos a 45° aunque no aporta más datos que la imagen de los mapas que publicamos acompañando a esta nota.

En 1992, Nature publicó un trabajo en el que se describía una serie de depresiones alargadas del terreno detectadas en Río Cuarto, provincia de Córdoba, como cráteres debidos al impacto de meteoritos de gran tamaño. Este artículo, que fue nota de tapa, había sido remitido por Peter H. Schultz, de la Universidad Brown, y Rubén E. Lianza, de la LTV Aircraft Products Group, de los Estados Unidos. Los supuestos cráteres habían sido descubiertos por Lianza en 1990, mientras realizaba vuelos de rutina.

Según Schultz y Lianza, a lo largo de una línea de 50 kilómetros que corre en dirección nordeste-sudoeste, se observan diez de estos cráteres, que llegan a medir algo más de cuatro kilómetros de largo por un kilómetro de ancho. De acuerdo con la forma y el tamaño de las depresiones, y con simulaciones de impactos realizadas en el laboratorio, estos autores habían llegado a la conclusión de que se debían a la caída de un meteorito de entre 150 y 300 metros de diámetro, con un ángulo de incidencia extremadamente bajo, inferior a los 15 grados. La hipótesis del impacto se veía reforzada por el hallazgo en la zona de dos trozos de meteoritos de algunos centímetros de largo, además de unos pequeños fragmentos rocosos, de aspecto esponjoso y color oscuro, que se asemejan a las escorias de origen volcánico.

Sin embargo, un grupo de científicos argentinos llegó a la conclusión de que estas estructuras no poseen un origen extraterrestre, sino que fueron formadas por el viento hace miles de millones de años. En realidad, se trata de antiguas dunas formadas durante un período árido o semiárido. Los resultados de estos estudios, realizados por Alberto Cione, Eduardo P. Tonni y Jorge San Cristóbal, de la Universidad Nacional de La Plata, junto con Pedro Hernández, Adrián Benítez, Fernando Bordignone y Jorge Perí, de la Universidad de Luján, fueron publicados en la revista holandesa Earth, Moon and Planets.

En 1992, poco tiempo después de la aparición del artículo en Nature, Arthur Bloom, de la Universidad Cornell, Estados Unidos, publicó en la revista de la Sociedad Geológica de ese país un resumen en el que refutaba las ideas de Schultz y Lianza. El trabajo realizado por los investigadores argentinos se basó en el resumen de Bloom y en los estudios de depósitos eólicos realizados por María Lidia Sánchez y Mónica Teresa Blarasín, de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

"Desde hace varios miles de años -explica Tonni-, en el área chacopampeana se sucedieron períodos secos con otros húmedos de menor duración. Durante esas épocas secas se formó una serie de estructuras de origen eólico, tales como sistemas de dunas, que fueron descriptas por varios autores desde fines de la década del 50." El investigador agrega que, por ejemplo, en 1984, dos científicos de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Cantú y Degiovanni, publicaron un trabajo en el que describieron el sistema de dunas interpretado por Schultz como un campo de cráteres y adjudicaron su formación a un período seco de los últimos 10.000 años.

Las principales objeciones a la hipótesis del impacto son la asociación de los supuestos cráteres con dunas que tienen las mismas características y orientación, que no fueron tenidas en cuenta por Schultz y Lianza, además de la falta de un verdadero borde elevado de acumulación de materiales eyectados durante el supuesto impacto y la ausencia de alteraciones en el fondo, producidas por la caída de un cuerpo de gran masa y a una elevada velocidad.

Más allá del debate científico… ¿¿¿ No le dieron ganas de agarrar una pala y hacer millonario buscando un meteorito????

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296 chuculCHUCUL: ¡¡¡ Otro milagro en medio de las llamas!!!!... El fuego no tocó ni al “Gauchito” ni a la “Difuntita”.

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