SANTA MARÍA DE PUNILLA : El lugar con fantasmas que atrae turistas de todo el mundo.

Nació en el año 1900 como centro de recuperación de personas con tuberculosis; en sus habitaciones vieron la muerte miles de personas que sufrieron esa penosa enfermedad.

PunillaRedacción Enamorate de CórdobaRedacción Enamorate de Córdoba
130 s m punilla

En la actualidad, además de los lindos paisajes y parques de diversiones los turistas de todo el mundo buscan sitios que tienen que ver con la oscuridad de la muerte, supuestos fantasmas e historias de terror en la nueva modalidad conocida como tanatoturismo . Para analizar este fenómeno, expertos como la socióloga Alicia Aradilla afirman que, posiblemente, sea necesario abordarlo de una manera multidisciplinar, con la participación de ciencias como la sociología, la psicología, e incluso, la psiquiatría.

En nuestra Provincia de Córdoba marcaron tendencia el Hotel Edén en La Falda y el Viena en Miramar; ambos rodeados de una posible estadía del Alemán de origen austrohúngaro Adolf Hitler.

Por estos días está al tope de los buscadores mundiales el Hospital Santa María de Punilla; hoy lamentablemente abandonado; con escasos proyectos de recuperación por parte de los Gobiernos. Si tenemos en cuenta el número de sus búsquedas seguramente tras la cuarentena llegará mucha gente a conocer o sufrir este sitio.

Nació en el año 1900 como centro de recuperación de personas con tuberculosis; en sus habitaciones vieron la muerte miles de personas que sufrieron esa penosa enfermedad. Pasada la enfermedad el edificio tuvo diversos usos hasta que en el año 1968 la Provincia lo convierte en un neuro psiquiátrico. También hay pruebas de que durante la dictadura militar de fines de los 70 se habrían producido detenciones ilegales en el tenebroso edificio.

Su aspecto actual es lúgubre; las personas que lo vistan coinciden en un extraño magnetismo a la hora de cruzar sus pasillos, se cree que en lugares donde hubo muertes, sufrimientos, agonías y súplicas de piedad quedan impregnados de una extraña energía que puede ser percibida apenas uno se aproxima al umbral de su gigantesca puerta.

El estado de semi abandono actual le suma una cuota de misterio, el empapelado de algunas habitaciones tiene huellas de arañazos de furia; otras habitaciones fueron víctimas del vandalismo tras el cierre del lugar; otras habitaciones fueron ganadas por la humedad, el hongo y el olor a heces de roedores.

Al parecer los tratamientos psiquiátricos de la antigüedad eran muy crudos y esos sufrimientos habrían impregnado el ambiente del “loquero” como se lo llamaba de manera despectiva.

Los visitantes coinciden en que se sienten observados en el interior del edificio aún cuando no hay nadie alrededor; la sucesión de ruidos extraños es permanente; otros creen ver movimientos rápidos de objetos indefinidos que no logran apreciarse con claridad; se escuchan silbidos o risas  y hasta muchos narran sentir como una especie de roce con otro cuerpo al pasar por las puertas.

Los habitantes más viejos de la zona narran una leyenda de un niño que pasó como paciente del lugar; ahora ese niño de unos 3 o 4 años  se aparecería en las noches por los alrededores con el rostro desencajado. También en las noches se verían luces encendidas a pesar de que la electricidad lleva años cortada en el Hospital cerca de Santa María de Punilla y de Cosquín.

Además de los turistas y los curiosos por el lugar pasarían integrantes de sectas para practicar rituales ya que aparecen cadáveres de palomas y cotorras sin sus cabezas en las mañanas junto a velas, inciensos y huesos . Lamentablemente también el lugar es usado por adictos para sus reuniones.

Tal vez no haya fantasmas en el viejo Hospital, tal vez todo sea un mito urbano… Pero no escuchaste un ruido extraño detrás tuyo al terminar de leer esta nota.

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